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miércoles, 6 de octubre de 2010

EL DILEMA




Os presentamos un pensamiento digno de tener en cuenta. Nos llega desde compañeros de Salamanca.




EL DILEMA
Se nos plantea en este importante momento para nosotros un interrogante. Algunos compañeros nos preguntan si vamos a la pseudo-huelga de 1 día y si apoyamos las movilizaciones de los grandes sindicatos. Sin embargo la mayoría de nuestros compañeros, hartos de tanto mangoneo, nos ha dicho que NO . Por lo tanto, si quieres ir vete, pero ten en cuenta algunos hechos.

Recordemos que la Administración es una empresa de servicios, no de producción, por lo tanto una pseudo-huelga no perjudica al Empresario (Gobierno) puesto que no pierde dinero al detenerse la producción. Tampoco se puede hacer una huelga a la japonesa pues no podemos saturar el mercado con excedentes que puedan provocar una caída de los precios. Por lo tanto la pseudo-huelga mala cosa es como medida de presión para los Funcionarios. Tan solo tendría sentido como muestra de nuestro enojo y si la convocara alguna organización con capacidad moral por su rectitud en el obrar y por lo tanto para aglutinar nuestro descontento. Y desde luego quienes la convocan no tienen esa capacidad.

Nosotros tan solo podemos molestar al empresario (Gobierno) dejando de atender a sus clientes y por lo tanto demostrándoles a estos que verdaderamente nuestro trabajo es importante para que ellos puedan llevar su vida normal. Pero ésta una tarea difícil de realizar en un solo día, sobre todo cuando nuestro trabajo nos queda para el día siguiente encima de la mesa y máxime cuando se establecen unos servicios mínimos que impiden que se pueda molestar al cliente (y por lo tanto a la empresa) ni siquiera en el día que se entrega el papel. Y a esto tienen el santo valor de definirlo como derecho a la huelga.

La única manera de molestar al empresario, con acciones directas, se halla por lo tanto en una huelga larga en el tiempo, tal y como demostraron en Justicia. Allí quedó claro que el trabajo que queda para mañana, cuando se convierte en meses paraliza a la sociedad y pone de rodillas al prepotente empresario (Gobierno).

Intentaremos expresar de manera gráfica un ejemplo de lo que somos realmente. Los Autónomos y las empresas de producción son los miembros, La construcción los huesos, los agricultores, pescadores y ganaderos nuestro estómago, Los banqueros y políticos la grasa, Los periodistas y la tecnología la lengua. Cualquier amputación de estos miembros (importantes) resulta espectacular y visible, sin embargo una vez restañada la herida puedes seguir viviendo. Nosotros somos la sangre, que no se ve, pero que si falla se muere todo el organismo. Y tiene que darse una circunstancia específica (pues cualquier parte del cuerpo sin riego durante un breve espacio de tiempo apenas sufre ninguna molestia), debe ser larga en el tiempo. Por lo tanto un día de huelga sin unidad no hace más que depreciar nuestro verdadero valor ante la sociedad que nos verá aún más innecesarios, pues su vida no se habrá visto alterada por nuestro sacrificio salarial.

Por lo tanto sí queda claro que un día de pseudo-huelga no nos beneficia, ¿Quién se beneficia de un día de nuestro salario?. Pues hagamos las cuentas: si un 5% de salario de los Empleados Públicos supone un ahorro de 2.400 millones de euros, un día de huelga supone un ahorro para el gobierno de 115 millones. Si miramos los datos del dinero entregado a los sindicatos mayoritarios en el año 2009 que fue de más de 200 millones de euros, nos encontramos que con un día de huelga se han ahorrado más de la mitad del dinero que entregan a los firmantes de todos los papeles que les pone el gobierno en la mesa. Pero lo que es peor ¿Cómo puedes acudir a manifestarte con los que han sido cómplices de nuestra situación actual?. Es el momento de recordar la evaluación del desempeño, el Artículo 38.10 EBEP, la pérdida de poder adquisitivo, a tantos con puestos a dedo, etc..
Entonces, ¿Que demonios podemos hacer?.

Es aquí cuando se nos plantea EL DILEMA. Si vamos a la huelga (sobre todo si no se ve intención de divorciarse del poder) hacemos el caldo gordo a aquellos que más nos han perjudicado con su complicidad y con sus silencios y lo único que conseguiremos es que les den más dinero, más cursos, más…. para ellos. Que la sociedad perciba que no somos imprescindibles. Que nos quiten un dinero para beneficio del estado y sobre todo nos habrán desarmado emocionalmente pues veremos de nuevo que nuestro esfuerzo no ha servido para nada y que nos hemos quedado sin más alternativas por delante. Y por otro lado, si no vamos a la huelga, nos quedará la sensación de haber perdido la única posibilidad de demostrar nuestra indignación. ¿Qué hacer entonces?.

Pensemos por un segundo, el sistema es un monstruo que se alimenta de dinero, y el dinero lo consigue el monstruo viviendo en la cámara del tesoro. Unamos entonces nuestros esfuerzos y rompamos nuestros carnets de los partidos o de los sindicatos cómplices y con ellos nuestras cuotas. Unámonos en un frente único de voto que nos convierta en una sólida roca de manera que si quieren entrar a la cueva de Alí Babá que digan las palabras mágicas: “Los funcionarios son necesarios, se merecen un sueldo digno y son merecedores del respeto de la sociedad”. Y recordamos que el respeto no se refiere tan solo al salario.

Por lo tanto para mostrar la repulsa ante estas medidas planteadas por el gobierno ¿es necesario perder dinero? ¿Hay otros medios?.
Otros colectivos nos han enseñado un camino que rompe esquemas. Manifestaciones frente a tu lugar de trabajo con una pancarta, un desayuno a la semana. Semana tras semana. Mes tras mes. Y lo más importante reuniones asamblearias que nos den una identidad propia como grupo con unos intereses comunes.

¿Debemos por lo tanto acudir a la huelga?: NO si es de un día.
¿Debemos acudir a una huelga convocada por los cómplices de esta situación?: NO.
¿Debemos acudir a las Manifestaciones fuera del horario de trabajo?: Es una cuestión individual, pero si decides acudir ponte aparte, cada uno con su pancarta particular, que vean que estás en contra de ser el pagano y que no apoyas a los que han sido cómplices del ejecutor.
¿Debemos plasmar por escrito nuestra decepción?: SI y difundirlo a los cuatro vientos.


Y lo que es más importante, debemos hacer juramento de nunca más votar a aquellos que nos han llevado a esta situación.