https://www.eldiario.es/politica/funcionario-ventajas-concursar-interino_0_814718813.html
El funcionario que pleitea (y gana) contra las oposiciones que blindan a interinos: de enterrador o auxiliar administrativo
Funcionario y abogado, lleva 20 años denunciando procesos de
selección públicos que no cumplen el principio de igualdad de acceso a
la Administración
Empezó denunciando la convocatoria de una plaza de un enterrador y ha parado procesos en ayuntamientos, diputaciones y universidades
Su última victoria provisional es la paralización de una oposición de 98 auxiliares administrativos en la Complutense que según el juez no dejaba opciones a aspirantes que no fueran interinos
"¿Por qué la plaza tiene que ser para un interino? ¿Qué tiene de especial ser auxiliar administrativo en la Complutense?", pregunta a eldiario.es
Empezó denunciando la convocatoria de una plaza de un enterrador y ha parado procesos en ayuntamientos, diputaciones y universidades
Su última victoria provisional es la paralización de una oposición de 98 auxiliares administrativos en la Complutense que según el juez no dejaba opciones a aspirantes que no fueran interinos
"¿Por qué la plaza tiene que ser para un interino? ¿Qué tiene de especial ser auxiliar administrativo en la Complutense?", pregunta a eldiario.es
Hace bastantes años Wenceslao Alonso
impugnó una convocatoria para ser enterrador de pueblo. Su argumento
era que además de una prueba práctica, llevar años enterrando a los
muertos del municipio puntuaba el doble. "¿Por qué? A lo mejor el
sepulturero del pueblo de al lado quería la plaza y podía alegar que él
entierra igual que diez kilómetros más allá", razona Alonso, que ya
entonces ganó el recurso de reposición. El argumento de entonces es
clavado al que le ha servido para que un juez anule un proceso de selección de 98 plazas en la Universidad Complutense:
no se puede diseñar una convocatoria de forma que sólo pueda hacerse
con el puesto el interino que ha venido desempeñando ese trabajo. La
última sentencia dictada a su favor, la de la Complutense, aún no es
firme y tiene muchas posibilidades de ser recurrida.
Wenceslao Alonso nunca quiso ser enterrador, y por aquel entonces ni
siquiera era abogado. Ya tenía, eso sí, su plaza de funcionario en el
Ayuntamiento de Málaga, al que le ha ganado ocho juicios por lo que él
llama repetidamente "el cachondeo": asignar plazas obviando los
principios de mérito, igualdad y capacidad. También consiguió anular un concurso-oposición a la Universidad de Málaga.
Hay quien ve en él a un justiciero o incluso a un "picapleitos
amargado", como le han llamado esta semana por estropear el final de las
vacaciones a interinos que llevan años esperando para conseguir "su
plaza", como también le reprochan quienes llevan años peleando por un
empleo estable en la Administración.
La última muesca de Alonso ha sido tumbar un
concurso-oposición con 98 plazas de auxiliar administrativo en la
Complutense. La sentencia concluye que en la práctica, con las bases y
el sistema de puntuación previsto, era casi imposible que quien no
hubiese desempeñado el puesto en la propia Universidad durante la última
década lograse alguna de las plazas. Daba igual hacer un examen
perfecto o tener experiencia en un trabajo similar. El juzgado concluyó
que esa convocatoria no respetaba el principio de igualdad en el acceso a
la función pública y ordena repetir el proceso.
"Yo
defiendo el derecho de cualquier persona a presentarse", explica Alonso:
"Mi intención es que tú, que no has trabajado en la Complutense, puedas
participar, y tus méritos, si has trabajado de auxiliar administrativo,
se valoren. ¿Por qué la plaza tiene que ser para un interino? ¿Qué
tiene de especial ser auxiliar administrativo en la Complutense?".
Todos los días, lectura de BOE y BOJA
Wenceslao Alonso es un lector de burocracia diaria. Cada mañana repasa
el Boletín Oficial del Estado y también algunos de las comunidades
autónomas. Que lleve buceando en esos textos desde el 1 de enero de 1999
da una pista de su perfil: funcionario por las mañanas y abogado por la
tarde, que ha impugnado distintas oposiciones.
Alonso revisa toda convocatoria de empleo público que se pone a tiro
porque durante cuatro años también fue interino del Ayuntamiento de
Málaga, donde sacó su plaza en 1999. En ese tiempo se presentó a
incontables pueblos y diputaciones. Su primer recurso de reposición,
apenas medio folio, lo puso por una plaza de auxiliar administrativo
para la que puntuaba más haber trabajado en el Ayuntamiento de Herrera
(Sevilla) que en cualquier otro lugar.
En 2002 logró
que se anulase una convocatoria de 300 plazas para la Diputación de
Málaga. Ese mismo año, Tolox (Málaga) convocó tres plazas, de licenciado
en Derecho, fontanero y auxiliar administrativo, y fijó como requisito
experiencia de cinco años en el ayuntamiento. También tuvo que retirar
la oferta.
"Salvo que se me haya pasado, desde
entonces no han sacado esas plazas. El interino estará allí hasta que se
jubile o se muera", cuenta a eldiario.es.
Las
batallas de Alonso ponen el foco sobre un sistema del que muchas
administraciones se han valido para acumular una desproporcionada bolsa
de interinos. Un tremendo cuello de botella atasca a los trabajadores
durante años en puestos teóricamente provisionales. Con el paso del
tiempo, el interino asume que aquella es "su plaza", y a partir de esa
ficción muchos levantan expectativas y hasta un plan de vida.
Wenceslao Alonso entiende que se valoren los servicios prestados en una
administración, como admite el propio Tribunal Constitucional para
casos "excepcionales", pero sin que eso haga imposible que otros aspiren
a la plaza: "Ni oposición pura y dura, ni dibujarte la plaza para ti".
Una larga batalla con el ayuntamiento de Málaga
Hubo un momento en que Alonso pensó que podría ascender de categoría en
el Ayuntamiento de Málaga si sumaba una Licenciatura en Derecho y en
2011 obtuvo el título por la UNED. Empezó a enviar su currículum a la
jefatura de personal cuando se enteraba de jubilaciones o vacantes
próximas y comprobó que el ayuntamiento ni publicitaba esas plazas, ni
las cubría legalmente. En lugar de acudir a un concurso de méritos, el
consistorio recurría sistemáticamente a la figura de la comisión de
servicios, prevista para situaciones excepcionales, temporales y de
urgencia.
Fue entonces cuando Alonso se puso por
primera vez la toga y empezó a defenderse a sí mismo. "Señoría, la
derrota se admite pero la injusticia hay que combatirla", cuenta que le
dijo al juez. Le ganó ocho juicios al ayuntamiento,
también perdió alguno (que ha recurrido en apelación) y obtuvo su
principal triunfo: una sentencia en la que el Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía condena al consistorio por cubrir determinadas
plazas utilizando "mecanismos de designación aleatorios" y "al margen"
de los principios de igualdad, mérito y capacidad.
"Antes te enterabas de la jefatura porque llegaba el director y decía:
"A partir de hoy este es vuestro jefe de sección"". Ahora la
convocatoria se publica, pero los nombramientos, según Alonso, siguen
estando trucados. Por eso ha perfeccionado un sistema: cuando hay
convocatoria de jefaturas en el ayuntamiento de Málaga él acude a un
notario, que levanta acta de su predicción. "El puesto se lo lleva
mengano". Wenceslao Alonso suele acertar el nombre del agraciado, pero
algún juez le ha dicho que lo suyo son meras sospechas, y que tanto
acierto podría ser cosa de la casualidad.
Su batalla
legal no impide que Alonso siga trabajando en el ayuntamiento, contra el
que solo puede pleitear representándose a sí mismo. Avisa de que sí
podría ir contra cualquiera de las empresas públicas de su órbita. De
momento, sigue revisando los boletines, en busca de convocatorias
viciadas: "Coín acaba de convocar una plaza de trabajador social en la
que puntúa el doble si trabajas allí, lo que pasa es que no soy
trabajador social y no me puedo presentar. ¿Conoces a algún trabajador
social?"
Estos días, a raíz de la sentencia en
Madrid, ha recibido improperios a través de las redes. Él se mantiene en
sus trece. " A mí me importa más el derecho de cualquiera a presentarse
que lo que puedan decir unos cuantos interinos. Yo defiendo el derecho
de cualquier otra persona que pueda presentarse".
No hay comentarios:
Publicar un comentario